lunes, agosto 08, 2005

La mujer

27 de mayo de 2005, Carlos, mi papá cumplía 52 años. En motivo de festejos, decidimos ir a comer a un restaurant "bastante paquete" de la zona sur del Gran Buenos Aires. Esa noche, especial para mi papá, iba a extender la felicidad en un Gibert más.
Esa misma noche me encontraba con ella, con la mujer que desde hacía unos días me había robado los ojos. La realidad era que lo que menos hice ese día, era pensar en el cumpleaños de mi viejo. Todos contentos, cantando el felíz cumpleaños y yo ahí, con la cabeza a 70 kilometros del lugar festivo.
Tomamos vino de la casa, brindamos, luego cenamos y para terminar con este neo-cumpleaños feliz, cortamos la torta. La había hecho mi vieja, creo que era de crema... pero la dulzura de la torta me hacía recordarla a ella. En realidad esa noche no podía dejar de pensar en ella, todo me hacía pensarña... el vino, la comida, la torta, el baño, el cigarrillo, los que se besaban en ese restaurant, la noche, las estrellas, el otoño... todo, y cuando yo digo todo, es todo.
Volví a casa, esperando que Pablo me pase a buscar con su auto, los dos ibamos a terminar la semana en el mismo destino, Saavedra. Él iba a lo de su "novia" y yo a lo de mi... no sabía como llamarla por ese entonces, ¿compañera de miradas complices?, ¿mujer que me robo los ojos?, ¿la que me sacaba una sonrisa los días de lluvias?... preferí llamarla "mi musa en los días nublados".
El reloj marcaba las 23.29 horas, Pablo pasaba en una hora y las agujas no tenian ganas de apurarse. Decidí acortar el tiempo pegandome la segunda ducha del día -de paso iba a oler bien-, shampoo, crema de enjuague y jabón. Salí de la ducha y me sequé, me cambié y me puse mi mejor perfume (ése que una vez mi amiga, me dijo que conquistaba muchas chicas). Me rocié el cuello, las muñecas y el pecho. Volví a ver el reloj, 00.16 del 28/5, ¿cómo no iba a pasar el tiempo lento?... ya había pasado un día, el cumpleaños de mi viejo ya había terminado y yo no podía dejar de extrañarla. Me tiré en el sofá y prendí la tele, lo último que hice fue prestarle atención...
Dos bocinas, miró el reloj, 00.34. Pablo, con su auto... agarro el abrigo y salgo, dos vueltas a la cerradura y me subo.
-Te pasaste 4 minutos, boludo. ¿No te das cuenta que no aguanto más?, ¿que necesito verla?... no necesito nada más que perderme en sus ojos unos minutos, ni siquiera besarla, verla. No lo hagas nunca más, no tardes ni un segundo más de la hora marcada, ¿ok?
-Perdoname Andru -contestó-, mi viejo empezó a hincharme las bolas... quería saber a que hora volvía... le dije a las 8, está bien.
Comenzé a sacar cuentas de las horas que iba a estar con ella, eran las 00.35, más una hora de viaje: 1.35, salir de allá a las 7, para estar acá a las 8.
-Está bien, creo que 5 horas me alcanzan.
Arrancamos hacía el destino y en el camino me puse a pensar y hacerme preguntas que no podía contestarme hasta que ella me mire, entonces puse la música al máximo y le dije a mi cerebro:
-Si seguís pensando, te voy a seguir matando con cerveza... ¿ok?
Hizo caso omiso y como yo creía, fue pensando todo el viaje en ella.
El tiempo pasaba y los kilometros se acortaban, el dolor de pansa crecía con cada giro de las ruedas del auto.
-¿Que calle era?, preguntó Pablo.
-Deheza, boludo!!, ¿cuantas veces querés que te la diga?... DE-HE-ZA... ¿está bien?, ¿te la acordás o te la dibujo?
-Jajaja, no... ésta bien salame... estas nerviosito ehhh, como te tiene esa chica, jajajaja.
Sólo lo miré y se dió cuenta que se tenia que callar, que no tenía que acotar nada más acerca de mi y menos de ella.
-Pará acá y decime como llego.
-Dale, sigamos que estamos a dos cuadras, te dejo en la puerta.
-No, para acá, necesito pensar.
-¿Pensar qué?... ¿arrugaste?
-No se tratá de arrugar, es mas fuerte que ser valiente o no serlo gil, ves que no entendés nada.
-Dale, no te hagas el poeta y subí al auto bobo,
-No, voy caminando... éstas dos cuadras las camino bien solo.
-Ok, a las 7 paso... te ponés los lompas y bajás.
-Rajá o te cago a piñas, no le voy a tocar un pelo, no es mi intención... me conformo con abrigarla un poco del frio. Chau.
Empezé a caminar... y las preguntas me inundaban... ¿que hago acá?, ¿que espera de mi?, ¿que espero de ella?, ¿que le digo?, ¿de que le hablo?. Llegué... toqué el timbre y bajó. Cuando la vi, respondió a todas mis preguntas.
Me hizo pasar y los nervios se apoderaron de mi. Ella también estaba nerviosa, no tenía la misma cara de siempre. A lo mejor sentía lo mismo que yo, la verdad no lo sabia. Todos mis pensamientos esa noche, eran no más que hipótesis.
Después de unos minutos, decidimos ir a tomar algo a Las Cañitas (y yo que no estoy acostumbrados a los bares de clase media-alta), me sentía sapo de otro pozo. Estaba nervioso, por mi inseguridad y ni siquiera estaba en "mis bares" roñosos, donde me emborrachaba los sabados. Ella jugaba con ventaja. Nos sentamos y encargue dos porrones de cerveza (la verdad necesitaba un whisky, un Vat 69). Comenzamos a hablar de música, bandas favoritas, de amores cariados, de besos vencidos y de las miradas. Nosotros nos miramos todo el tiempo, le dije. Me miró, no sabía que decir, yo menos... "me mande la cagada de mi vida", pensé.
-Me gusta mirarte, respondió.
No hable más, decidí esperar a salir del bar, que ya estaba cerrando. Terminamos otra vuelta de porrones y nos fuimos.
El frio nos partia al medio, muy fuerte, muy frio... pase mi mano sobre su espalda e intenté, cubrirla del frio. Ella no lo hizo... quedé como un invécil, así me sentí. Como el barrilete que no remonta. Esperamos el 59 y nos subimos.
-Cuando nos bajemos hay dos posibilidades, dijo.
-Que te de un beso y te guste o que me metas un bife. Pensé
-¿Cuales?, pregunte.
-Tomar otro colectivo o caminar 10 cuadras... ¿que preferís?
-Caminar. No lo dude un segundo... quería caminar toda la noche al lado de ella. Aunque no la pueda abrazar, solo caminar, sentirla cerca... escuchar su respiración.
Bajamos del bondi, y empezamos a caminar... la primera cuadra me arrimé, la segunda estiré la mano y desde la tercera ibamos abrazados... sí, abrazados. Ella también me abrazó. Fueron las mejores 7 cudras caminadas en toda mi vida.
Llegamos a la casa y esperamos a que termine el cigarrillo en la puerta -dentro de su casa, está prohibido-. Apenas lo tiré, abrió la puerta y subimos unos 17 escalones (descanzo de por medio)... Entramos, y volvimos a subir escaleras... pero esta vez para terminar en su cuarto, el que ahora es llamado "nuestro Limbo".
Pusimos música, de todo un poco... variado. Ella sabía que música escuchaba y puso exactamente esa. Y como ya dije una vez, si era una invitación a que la bese... juro no haberlo interpretado de esa manera. Decidimos perdernos un rato en nuestras miradas y creo que ese fue el momento en que empezó ésta historia.
La tomé por la espalda y la besé... en ese momento me jugue el cuello, los dos sabemos muy bien por que. Pero no me importaba, quería saber cual era el gusto de sus besos. Ya no me alcanzaba con mirarla, con abrazarla, necesitaba besarla y lo hice.
Ahí empezamos otra historia, una verdadera historia... como la que escriben esos escritores famosos, viste?... bueno, para alegria de algunos y tristezas de otros... está historia sigue.

Intenté esperar hasta mañana, pero no está acá conmigo y su ausencia me inspira...



6 Comments:

Blogger ¤Natus¤ said...

Parece demasiado mágica para ser real... menos mal que fui testigo
Pero para reivindicar un poco a las mujeres que saben dejar la histeria de lado cuando alguien se lo merece, te cuento una historia que pudo haber sucedido en ese mismo momento a 70 km de donde estabas vos... date una vuelta por el blog... Te amo, Natu

11:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

como no soy escritor, como no tengo la habilidad que tiene pablo o leo o ser para analizar y meter el comentario justo en los blogs, como solo soy uno mas que se deleita con tus palabras y con la de los chicos, me limito a decirte gracias...

un abrazo...

tincho

2:34 p. m.  
Blogger un tal león said...

Linda historia. Bien contada, me gusto. adhiero a eso que dice pablo...las mujeres obran en una forma misteriosa y lo interesante esta en saber que no se lo va a poder develar pero aun asi intentarlo.

un abrazo

4:54 p. m.  
Blogger El_Descalzo said...

Pablo: es así... muchas veces nos tenemos que conformar con lso recuerdos... pero si los guardamos como recuerdos, quiere decir que ese momento fue más que importante en nuestras vidas, que hubo un antes y depués, luego de esa mirada, después de ese beso.
Na: mágia, mágia y más mágia... el ingrediente principal de nuestra historia de amor. (que cursi, pero no me importa)
Tincho: ya te dije... gracias a vos. nada más. te lo mereces, lo sabes.
sevenheaven: más casualidades va a ver en nuestras vidas?... barrio, canciones, poesias, relatos, historias de amor, fechas en común... dejemosno de joder...

5:07 p. m.  
Blogger Ser said...

zarapdo!
me gusta como esta narrado porq se pueden percibir las acciones y las sensaciones al mismo tiempo. el texto tiene como una cadena de suspenso ascendente y eso esta re bien logrado. me gusta.

hasta admitiria q me emocioné.


ser:.
.:tomorrow

9:30 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

On the road with the blogger twins
First there was Forrest Gump . Then the guy who's walking across the country . Now, enter the blogger twins--well, sort of.
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6:48 p. m.  

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