Miradas (Parte II y última)
... Te sentía hablar, mientras no sentía mis ojos. Sí, ya me los habías robado, no te bastó con lastimarlos, quisiste que fueran tuyos por siempre. El perfume de tu cuerpo era para mi, como el bastón de los ciegos, seguí tu perfume y me ayudaste a sentarme en el primer bar que encontramos.
-Devolveme los ojos. Te supliqué.
-No sé como hacerlo. Respondiste.
En ese momento me pregunte si no sabrías o no querías hacerlo y la verdad esa duda me carcomia el alma.
Recordaba tu cara a la perfección, tus rasgos, tu pelo, tu boca y sobre todo tu mirada, esa que me sentenció a recordarte de por vida, como la mujer que me robo los ojos.
La pesadilla empezaba a asustarme y comenzaba a no poder manejarla, en cuanto pude dije: basta!!. Me senté en la cama, abrí los ojos, los toqué para saber si estaban en el mismo lugar que la noche anterior. Sí, ahí estaban, arriba de mi naríz y abajo de mi frente.
Decidí no volver a cerrarlos por lo menos por hoy y me fuí, como todos los días, caminando de frente al sol, que me quema la mirada.
Llegué al lugar donde te había cruzado en mis sueños, te ví venir y pensé que lo mejor era cerrar los ojos y que tu mirada no penetre en la mia.
Por que al final, vos no sabías el poder que tenían tus ojos, pero yo, sin darme cuenta, ya habia averiguado lo que era mirarte.
FIN
-Devolveme los ojos. Te supliqué.
-No sé como hacerlo. Respondiste.
En ese momento me pregunte si no sabrías o no querías hacerlo y la verdad esa duda me carcomia el alma.
Recordaba tu cara a la perfección, tus rasgos, tu pelo, tu boca y sobre todo tu mirada, esa que me sentenció a recordarte de por vida, como la mujer que me robo los ojos.
La pesadilla empezaba a asustarme y comenzaba a no poder manejarla, en cuanto pude dije: basta!!. Me senté en la cama, abrí los ojos, los toqué para saber si estaban en el mismo lugar que la noche anterior. Sí, ahí estaban, arriba de mi naríz y abajo de mi frente.
Decidí no volver a cerrarlos por lo menos por hoy y me fuí, como todos los días, caminando de frente al sol, que me quema la mirada.
Llegué al lugar donde te había cruzado en mis sueños, te ví venir y pensé que lo mejor era cerrar los ojos y que tu mirada no penetre en la mia.
Por que al final, vos no sabías el poder que tenían tus ojos, pero yo, sin darme cuenta, ya habia averiguado lo que era mirarte.
FIN
2 Comments:
Como ya te dije buenísimo el final!!! Te mataba si la intriga no valia la pena!
No podía no ser un sueño, uno de esos que se viven y se recuerdan como una parte real de nuestra vida!!
Sorprendiste una vez más
Besotes
¤ Natu ¤
una especie de medusa moderna...
todas las mujeres llevan dentro un poco de demonio...son clavos bañados en dulce de leche...
muy buen final...
la proxima ya se que hacer...
cierro los ojos
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