Esperando (estoico)

Nunca me gustaron los días grises, los días tristes, los días que no sé para que lado correr... mucho menos si en esos días no estás vos, nunca me gustaron ni un poquito los días en soledad, repito, nunca.
Digamos que trate de acostumbrarme a sentirte "lejos"... era difícil, la angustia me iba devorando de a poco, muy de a poco, pero intente lograr la proesa que el destino -amarrete en caricias- nos puso adelante. Convengamos que lo logré, tuerto, manco, medio nockeado, tambaleando, como quieras llamarlo... pero te esperé de pie, agarrado de las cuerdas... a punto de besar la lona, pero de pie.
Cuando te ví, fue distinto... como si algo me hubiera ayudado a mantenerme en pie, de un momento al otro, todas las energias perdídas en estos días, volvieron a mi cuerpo en menos de lo que dura mirarte a los ojos... Corrí, como si me persiguiera la parca, así lo sentí... sentí que si vivía un segundo más sin vos iba a besar la lona.
Cuando llegue a vos no me frené, con el envión te abracé, fuerte... como vos sola merecés que te abracen... y sentí tu piel, tu pelo, tu perfume, tus labios, otra vez... y otra vez ileso, sin marcas en el cuerpo, sin heridas cortantes de amor, sin un rasguño.
Estuve cerca de tirar la toalla, no muy... pero cerca, había días en que todo, de este lado del mostrador, era muy, pero muy difícil... las manos para agarrarme y salvarme de éste precipico de melancolía no eran suficientes... con el tiempo me dí cuenta de que sí, fueron suficientes... si no, no podría estar haciendo ésto... una simple y sincera declaración de amor, para que otra vez te entéres lo mucho que te quiero.
Tenías razón, "hay distancias que guardan caricias"... todos los días sentí esa brisa cálida que provocan tus manos al recostarse sobre mi frente. Eso fue lo que me ayudo a estar de pie, hasta el round 10.